Literature
Esa Noche Fria
capítulo 4
Pasó demasiado tiempo, tal vez mas de una hora y el duende no volvía, ya mis ojos se habían perdido en la nada, temblaba de frío y presionaba mi estómago con mi puño cerrado, me dolía mucho, me ardía, moría de hambre, respiraba con la boca abierta porque mi garganta se cerraba a cada rato por tanta sequedad, una ligera llovizna se desprendió sobre mi, pero no me importó, seguía perdida en mis pensamiento preguntándome cuanto de lo que estaba sucediendo era real y cuanto era fruto de una posible pérdida de la cordura, recodé de pronto al hada, no se mov